Doblemente se repite la historia.
No, esta vez es distinto... no habrá repetición, no habrán coincidencias...
Tampoco habrán alcances de nombres, porque todo se transforma a un dos veces con la misma piedra.
Esta vez no duele el silencio, quizá era necesario, es necesario justo en un a tiempo. Estoy bien y tranquila, como quien se ha caido mil veces y cada vez se para con más entereza, es más, ahora nisiquiera alcanza a ser una caida. Ternura es lo que siento al verte y eso me detiene ante cualquier pensamiento desequilibrado. Solo es ternura, la que no alcanza la locura, lo que está muy bien, no sabes cuanto. Fue extraño que hoy me preguntara tu amigo por cómo estaba... es segunda vez que pasa... y obviamente ambos notamos que fue extraño. No pretendo darle ninguna explicación, pero siento que para bien o para mal hoy se marcará un quiebre quizá necesario, nuevamente a tiempo. Ahora mi palabra clave es a tiempo, dulcemente a tiempo.